23 mayo 2018

Escaleras sin fin



Escalera de edificio cartagenero de principios del siglo XX.
Una de mis debilidades son las escaleras de los edificios. Tengo centanares de fotografías de ellas. Muchas de ellas ya modificadas, reformadas o directamente demolidas.


Falta mucho para todos tengamos la sensibilidad necesaria para que estas cosas no se pierdan, aunque no estén protegidos. Sin ir más lejos, esta escalera no está protegida.


En esta escalera todo está pensado y se aprecian los detalles de los artesanos e industriales que participaron en su construcción. Como pasa en casi todas ellas, están diseñadas para que la luz del lucernario cenital llegue hasta la planta baja. El foto se puede apreciar cómo llega la luz a toda la escalera.


En los zócalos laterales que recorren la escalera se puede apreciar un estuco al fuego imitación mármol rojo, de los pocos que van quedando en Cartagena, pues suelen acabar pintados por desconocimiento del valor que tienen.


Y por supuesto la magnífica barandilla de forja que recorre la escalera de forma ininterrumpida como si no tuviera fin, todo ello acompañado del interminable pasamanos como si de una pieza se tratara.


Podríamos estar horas detallando el trabajo de esta escalera, con grandes valores patrimoniales desconocidos o no apreciados.


(C) JARM

21 mayo 2018

Rincones cartageneros. Viviendas sin protección pero encantadoras



La casa cartagenera. He aquí un ejemplo de esas casas cartageneras a caballo entre el siglo XIX y el siglo XX. Las grandes viviendas burguesas se situaban en la primera planta, pero cuando el edificio tenía cierta importancia, incluso las viviendas superiores tenían detalles que denotan la calidad del mismo. La mayor parte de los elementos que cubrían estas viviendas se han ido perdiendo con el tiempo, como los empapelados o los moldurados pintados del techo.


Cuando los edificios no están protegidos, pocos son capaces de apreciar los valores patrimoniales que tienen. Parece que si no es BIC, no tiene valor, y ese es uno de los principales males de nuestro patrimonio. No es este caso, en el que, por suerte la vivienda está bien conservada y mantiene tanto las molduras del techo, aunque repintadas, y los magníficos suelos de mosaico Nolla.


Podéis fijaros bien en un detalle que se aprecia muy bien en la fotografía. Se trata de la micro-textura original de la cerámica Nolla. Esa micro-textura hace que la luz que entra por la ventana no altere el dibujo del pavimento. Si estuviera pulido, se perdería el dibujo por los reflejos. De ahí la importancia de NO PULIR estos suelos.


Gracias a Alex por permitirme disfrutar de este magnífico rincón de nuestro patrimonio cartagenero.


(C) JARM