La Plaza San Francisco tuvo un frente norte magnífico en las primeras décadas del siglo XX. Todos los edificios de esta cara eran del gusto ecléctico y modernista, algunos con unos miradores con copete que eran una maravilla. Este frente ha variado mucho, pero menos de lo que ha pasado en otros rincones de la ciudad.
Todavía se conservan varios de los edificios originales, como los dos que se muestran en la fotografía, que vistos con esta perspectiva muestran esta imagen desordenada de elementos arquitectónicos.
El primer edificio es del arquitecto Francisco de Paula Oliver, que lo proyectó para Ignacio Góngora en el año 1900. Este edificio tiene unos miradores muy originales de inspiración gótica y unos pronunciados guardapolvos (dintel decorado que hay sobre las ventanas) muy utilizados por Oliver Rolandi en numerosos edificios. Este edificio quedó en la sombre pocos años después, cuando justo a su lado se realizó la magnífica Casa Maestre. Uno de los ejemplos más bellos de arquitectura modernista catalana que tenemos en la ciudad. No en vano los planos los realizó el arquitecto ilicitano Marceliano Coquillat, que llegó a trabajar en el ensanche de Barcelona, y las obras las dirigió Víctor Beltrí, de origen catalán. El edificio, realizado en 1906, marca un antes y un después en la arquitectura modernista de la ciudad, siendo ejemplo de inspiración para otros edificios posteriores.
(C) JARM
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