De siempre me ha gustado observar la ciudad de Cartagena desde las alturas, ya sea subiéndome a uno de nuestros montes, o subiéndome a algún edificio. El simple hecho de ver la ciudad desde otra perspectiva hace que la aprecies de otra manera, que se vean detalles que, aunque los veamos todos los días, al verlos desde otro punto de vista parece que sean distintos y hace que nos fijemos más.
Hoy traigo uno de los rincones más céntricos de la ciudad, no en vano, en este punto se situaban una de las puertas de la ciudad, hasta que en el siglo XVIII se amplió el perímetro de la muralla y se trasladaron las puertas hasta la actual Plaza de España. Las antiguas puertas se denominaban Puertas de Murcia, porque era la salida natural hacia aquella población. La calle Santa Florentina, a los pies de la foto ya estaba fuera de esas antiguas murallas y era zona de paso de aguas del almarjal.
Los edificios que contemplamos son del siglo XIX, cuando el arrabal de San Roque se convirtió en Barrio. Al fondo el Palacio Pedreño, construido en plena Guerra Cantonal, en 1873, proyectado por el arquitecto Carlos Mancha y a los pies de la fotografía un edificio realizado en 1890, probablemente por Tomás Rico Valarino, conocido popularmente por el edificio de Matrán, por el centenario estudio de fotografía que está situado en el edificio.
(C) JARM
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