19 julio 2016
La Manga desde Cabo de Palos
No hay que irse muy lejos para poder disfrutar de las playas de nuestro entorno. A pesar de la presión inmobiliaria durante años sigue siendo un paisaje que relaja y nos refresca estos días de calor.
Cambiamos de tercio, nos olvidamos por un día de patrimonio arquitectónico y nos vamos a otro, a nuestro patrimonio natural, este que debemos cuidar entre todos porque no es infinito. El susto del Mar Menor debe servir para que de una vez se hagan las cosas como deben hacerse, y es, sin la presión humana.
No deja de ser un patrimonio que deben heredar nuestros hijos y nietos y somos los responsables de dejarlo en las mejores condiciones que esté en nuestras manos.
(C) JARM
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